Guardianes en Red: protegiendo la privacidad en un mundo digital

Guardianes en Red: protegiendo la privacidad en un mundo digital

En la actualidad es innegable el impacto que tienen Internet en la sociedad. Si bien estas herramientas de comunicación han evidenciado grandes beneficios, su uso inadecuado ha dado paso a la existencia de riesgos y un significativo número de delitos informáticos, muchos de los cuales han afectado los derechos humanos.

En la era digital, la privacidad familiar se ha convertido en una preocupación crucial. Por ello, este artículo explora cómo las familias pueden protegerse en línea, para mantener seguros sus datos y experiencias personales. Puesto que, nuestras acciones, incluyendo lo que compartimos y cómo lo compartimos, tienen un impacto directo en la seguridad y privacidad de individual y familiar.

Para contextualizar y tomar conciencia sobre la información que compartimos, primero debemos preguntarnos: ¿Qué es un dato personal? Un dato personal es todo aquello que pueda hacer identificable a una persona, desde una fotografía hasta su voz. Por ello, al apropiarse de manera indebida de estos datos se vulneran derechos fundamentales tales como la intimidad, la dignidad o la integridad contemplados en nuestra Constitución.

Usted como lector podría preguntarse, ¿Por qué es importante preocuparse por proteger la privacidad en la Red? Y, la respuesta es sencilla y práctica: dejamos una huella digita; una vez que se comparte determinada información, esta nunca podrá ser totalmente eliminada. Este tema es aún más controversial y preocupante si los involucrados son niños, niñas o adolescentes, quienes a menudo no comprenden la importancia de sus datos hasta que sufren una vulneración y pueden resultar afectados.

Los padres de familia deben discernir qué tipo de información es segura de compartir y cual no, para evitar caer en el sharenting, definido por Otero (2017), como la acción de compartir información excesiva sobre sus hijos a través de redes sociales. Por ejemplo: el lugar donde estudian, sus gustos, fotografías y otros elementos que puedan presentar un peligro o caer en manos equivocadas.

Los peligros en línea para los menores de edad incluyen, la exposición a pornografía, violencia y técnicas como el phishing o el grooming. El phishing es una técnica de fraude, en donde una persona se hace pasar por otra con el fin de engañar al usuario y obtener algún tipo de información personal (Villón et al.,2019). Por su parte, el grooming, es el hecho de que un adulto, a través de interacciones por medios electrónicos se hace pasar por un menor de edad, con el fin de lograr algún tipo de acercamiento indebido con niños, niñas o adolescentes (Domínguez y López, 2023), pudiendo ser información personal sobre los menores de edad o algún tipo de acercamiento indebido con ellos.

En el caso de los adolescentes, se debe considerar el sexting, que corresponde al « intercambio de contenido sexual autoproducido por medios electrónicos y que impacta en la privacidad y la protección de datos personales» (Ojeda et al. 2020). La Corte Constitucional de Ecuador en la Sentencia No. 2064, reconoce estas fotografías íntimas como datos sensibles que requieren protección reforzada debido a su naturaleza íntima y personal.

Aunque el sexting no es un delito, puede resultar extremadamente peligroso, ya que existe la posibilidad de que se dé una filtración no autorizada del contenido, lo que causaría daño en a la reputación de el o la menor e inclusive puede repercutir en problemas adicionales como el ciberacoso.

Al igual que cuidamos nuestras palabras en la comunicación cotidiana, es fundamental ser conscientes del impacto de nuestras actividades en internet.

  • Estrategias para proteger la privacidad:

No todas las personas abordan este tópico con la debida importancia, sin embargo, cada vez son más quienes se interesan por fomentar buenas conductas en cuanto al uso adecuado de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

Desde nuestros hogares, existen varias cosas que podemos hacer:

  • No permitir que menores de edad utilicen dispositivos electrónicos sin supervisión y sin un horario establecido.
  • Dar a conocer a sus hijos y auto educarse sobre los peligros que existen en la Red, lo riesgoso que resulta compartir información que no debe ser publicada, como información personal o familiar. Existe un alto riesgo que cualquier persona pueda usarla de forma fraudulenta.
  • Uso de contraseñas seguras (no emplear la misma para todo y tampoco utilizar información personal al crear una), de ser posible, procurar el uso de herramientas informáticas para su generación y gestión adecuadas.
  • Usar una autenticación de dos factores. Que implica que la página web a la que estamos tratando de acceder nos pedirá verificar nuestra identidad, ya sea por medio de preguntas, códigos enviados al correo, mensajes de texto al celular o aplicaciones externas, por ejemplo: Google Authenticator.
  • Dialogar abiertamente sobre riesgos que existen y establecer pautas sobre el envío de contenido personal y privado.
  • Conocer que nuestros datos personales deben ser protegidos y en caso de que sean difundidos sin nuestra autorización, existen medidas de protección que están respaldadas dentro de nuestra normativa legal. Por ejemplo, en nuestro país desde el año 2021 contamos con la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales.

No se debe desacreditar y/o desmerecer a los medios sociales, en sí lo que nos ha dado internet, por el contrario, constituyen herramientas valiosas que utilizadas de manera correcta contribuyen al desarrollo de la sociedad. Pero, lo que si es imperativo cambiar, es la forma en las que las utilizamos. Proteger nuestra privacidad y la de nuestros allegados en línea es esencial para mantener la seguridad y el bienestar de familiar en el mundo digital.

Adoptar prácticas seguras y estar informados sobre los derechos digitales es crucial para navegar de manera segura y responsable. Para lograr esto, resulta fundamental educar, principalmente a los menores de edad sobre los riesgos que existen en el mundo online y establecer pautas claras para el uso de la tecnología.

 

Alejandra Ordóñez Jaramillo

Abogada de los Tribunales y Juzgados de la República del Ecuador por la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Gestor Operativo del Instituto Latinoamericano de la Familia (ILFAM-UTPL). Autora del artículo «Protección de datos personales y justicia restaurativa. Perspectivas desde la Sentencia No. 456-20-JP/21 sobre sexting de la Corte Constitucional de Ecuador», que actualmente se encuentra bajo revisión en la Revista Chilena de Derecho y Tecnología.

No Comments

Post A Comment