Envejecer: «saberse y sentirse capaces»

La vida nos pasa tan rápido que dedicamos muy poco a tiempo a pensar en que nuestros padres o abuelos, envejecen o envejecerán. Y, cuando llega el momento, en la mayoría de los casos, no sabemos qué hacer.

 

Sin duda alguna, debemos reconocer el paso del tiempo en nuestro entorno familiar y prepararnos para ello de una forma consciente, franca y sincera. Envejecer requiere de dignidad, respeto y autonomía, dentro de un espacio en el que podamos dialogar abiertamente de cada una de nuestras realidades.

Envejecer no es una enfermedad, ni ser adulto mayor implica ser menos que antes, cada edad tiene sus características y sus momentos que debemos comprender y aprovechar.

 

Envejecer requiere dignidad, en el amplio sentido de la palabra. Nuestros mayores merecen una vida digna, traducida en lo más hermoso que venga a nuestra mente. La limpieza de su espacio, el cuidado de su ropa, de su cuerpo, de su salud, de su entorno, de sus actividades diarias, de su alimentación. No son menos, no son estorbo, no merecen ser arrinconados e invisibilizados. Dignidad conlleva mantener viva su esencia humana y su conexión con su familia y sus espacios.

 

Envejecer requiere respeto, entendido como el desarrollar la capacidad para escuchar a nuestros mayores, para darles voz, para respetar sus decisiones, sus deseos y sus anhelos. Respetar implica un profundo ejercicio de comprensión que evite las etiquetas, los malos tratos, las imposiciones y un constante desmerecimiento a sus capacidades. Que no sientan que nos reunimos a escondidas para decidir sobre sus vidas o, peor aún, que sientan que son una carga o un peso en nuestras vidas.

 

Envejecer requiere entender que debemos dar autonomía a nuestros mayores. Que ellos sientan que su capacidad de decidir está allí, intacta. Que se sientan libres de expresar sus sentimientos y que puedan realizar una serie de actividades que les llenan el corazón y la vida. Saberse y sentirse capaces, les permitirá sobrellevar ese momento de la vida, por el que pasaremos la mayoría.

 

Envejecer nos demanda pensar en nuestros y en todos los adultos mayores, en su bienestar y en su salud mental. Las ciencias de la salud y sus especialistas pueden y deben ser un gran aliado de las familias que se reúnen a planificar y honrar la vida de sus seres queridos. Que nada detenga el construir un espacio digno, respetuoso y autónomo para quienes dieron lo mejor de su tiempo, para que seamos lo que decidimos ser.

Adulto mayor

Roberto Beltrán Zambrano

Titular de la Cátedra UNESCO de Cultura y Educación para la Paz. Actualmente dirige la Fundación para el Desarrollo Empresarial y Social (FEDES) de la UTPL.

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